INFORMACIÓN CIENTÍFICA QUE RESPALDA A LA LECTURA VELOZ
De acuerdo con las normas internacionales de investigación científica hemos consignado en esta sección información relacionada con la LECTURA VELOZ a través de sus variables semánticas como VELOCIDAD Y FLUIDEZ LECTORA. Hemos escrito el nombre del libro, del autor, editorial, año y número de página en donde se puede verificar la información; en los casos de textos de internet, hemos consignado el link correspondiente al texto.
Los lectores lentos tienen dificultades en sus actividades académicas
(...)Habitualmente se entiende por velocidad lectora el número de palabras que se es capaz de leer en una unidad de tiempo determinada que, frecuentemente, viene expresada en minutos, es decir, el número de palabras leídas por minuto (p.p.m.). Esta velocidad es la que determina el nivel de fluidez o facilidad lectora
(...) La velocidad lectora es un indicador del rendimiento escolar muy habitual en el centro educativo. La velocidad con que se lee condiciona la duración de determinadas actividades de aprendizaje. Una baja velocidad lectora dificulta notoriamente el poder seguir una lectura oral colectiva en la clase, retarda la realización de ejercicios y actividades escritas y dificulta, también, otras actividades didácticas.
VALLÉS ARANDIGA, Antonio. Velocidad Lectora-1, Editorial Promolibro, Valencia 1999
Leen lentamente y se van olvidando casi todo
"Un alumno que lee con lentitud, se atraca al tratar de reconocer palabras que no conoce; tiene que hacer un esfuerzo adicional por reconocerlas, con lo que se desconcentra y olvida lo que había acumulado en su memoria con su lectura previa. La falta de lectura fluida atenta contra la comprensión de lectura y alude a problemas de vocabulario, percepción fonémica, fonética, o falta de aprestamiento temprano para estimular la capacidad lectora. Por ello, Crouch considera que medir la velocidad de lectura correcta puede ser un buen predictor del desempeño general del alumnado en los otros temas del grado que cursa".
León Trahtemberg
http://www.trahtemberg.com/articulos/552-nueve-palabras-por-minuto-.html
La velocidad lectora desde pequeños y el aprendizaje de otras técnicas
(...) es cierto que es necesario lograr fluidez en los primeros años de alfabetización; pero es necesario también desarrollar otras dimensiones para que una vez que hayan alcanzado fluidez puedan comprender lo que leen.
ALEJANDRA MENESES. Velocidad lectora: fluidez no es comprensión, 13 octubre de 2008
Lee el artículo completo en: http://www.cpce.cl/blog/2008/10/velocidad-lectora-fluidez-no-e.html
Más ventajas de leer rápido
Para explicar la interacción entre la lectura y la mente vamos a utilizar el ejemplo de la conducción. Si vamos en un coche y aceleramos de 80 Km/h. a 180 Km/h. nuestro cerebro se ve obligado a "adaptarse" a esa nueva velocidad y a asimilar la información más rápido. Si después disminuimos a 120 Km/h., el cerebro nos da la sensación de que vamos mucho más lento. La razón es que al acelerar, nuestro cerebro se ve obligado a captar más información en menos tiempo; por lo tanto al desacelerar le sobra tiempo de percepción y capta más detalles. Bien, eso mismo ocurre si lo aplicamos a la lectura: cuando incrementamos la velocidad de lectura, la mente se adapta a asimilar más información en menos tiempo. La velocidad media de lectura de un universitario está en 240 palabras por minuto (p.p.m.). Con un entrenamiento de velocidad podemos aumentar ésta hasta 800 e incluso 1.500 p.p.m. (en relecturas)
Lee más en:
http://www.bircham.info/index.php?option=com_content&view=article&id=212&Itemid=263
Ventajas de ser un lector rápido
"Naturalmente, la eficiencia en la lectura se relaciona en forma estrecha con el éxito escolar. El lector rápido y preciso posee un instrumento inapreciable para penetrar en el amplio mundo del conocimiento que yace tras la cubierta de los libros. El lector deficiente lee de manera tan lenta, que no puede procesar directamente el significado. Debe, en consecuencia, depender en gran medida de lo que aprende por medio del escuchar; motivo por el cual tiende a fracasar en las materias que requieren de la lectura. Este fracaso es mayor a medida que el alumno pasa de curso y que, por ende, aumenta la necesidad de la lectura en el proceso de adquisición de conocimientos".
CONDEMARÍN, Mabel; ALLENDE, Felipe. La lectura: teoría, evaluación y desarrollo, pág. 7, Editorial Andres Bello, 1993, Chile.
La velocidad lectora se aprende, no aparece por casualidad
"En el proceso lector, juegan un papel importantísimo la velocidad y la comprensión lectora.
La velocidad depende de unos hábitos que potencian aspectos fisíológicos que actúan, mientras que la comprensión implica: capacidad mental suficiente, sincresis (análisis-síntesis), disposición activa para captar significados o ideas y una riqueza de vocabulario que permita una cierta independencia con respecto al diccionario.
La rapidez o velocidad de la lectura se mide en función del número de palabras que un sujeto es capaz de leer durante un minuto".
J. CUEVAS, L. GORDILLO, M. MARTÍ. Didáctica de la lectura, métodos y diagnóstico, Editorial Humanitas, Barcelona 1985, pág. 13
La fluidez es el nudo gordiano de la habilidad lectora
De acuerdo al modelo de Chall (1996b) una vez que el lector inicial ha aprendido las correspondencias grafema-fonema, su interés se centra en la automatización de la habilidad de la descodificación. Se trata de consolidar este aprendizaje para permitir el paso de "aprender a leer a leer para aprender" (Challs, Jacobs y Baldwin, 1990). La fluidez se convierte así en un prerrequisito para el éxito en el principal objetivo de la lectura: la construcción del significado (Allinton, 1993; Samuels, 1998; Schreiber, 1980).
Cuando un niño es incapaz de leer un pasaje adaptado a su edad con una descodificación precisa, sin esfuerzo, y una palabra tras otra con una expresividad adecuada, uno entiende por qué la fluidez lectora es esquiva y fascinante. Kameenui y Simmons (2001) esbozan una metáfora elocuente afirmando que para muchos maestros, investigadores y niños, la fluidez es el nudo gordiano de la habilidad lectora; su simplicidad y elegancia revelan su complejidad.
GONZÁLEZ TRUJILLO, M. Carmen. Comprensión lectora en niños: morfosintaxis y prosodia en acción. Tesis doctoral Universidad de Granada, pág. 72, 2005.
La velocidad lectora como consecuencia de potenciar aspectos fisiológicos
"En el proceso lector, juegan un papel importantísimo la velocidad y la comprensión lectora.
La velocidad depende de unos hábitos que potencian aspectos fisíológicos que actúan, mientras que la comprensión implica: capacidad mental suficiente, sincresis (análisis-síntesis), disposición activa para captar significados o ideas y una riqueza de vocabulario que permita una cierta independencia con respecto al diccionario.
La rapidez o velocidad de la lectura se mide en función del número de palabras que un sujeto es capaz de leer durante un minuto".
JCUEVAS, L. GORDILLO, M. MARTÍ. Didáctica de la lectura, métodos y diagnóstico, Editorial Humanitas, Barcelona 1985, pág. 135.
Un concepto de velocidad lectora y su importancia
(...)Habitualmente se entiende por velocidad lectora el número de palabras que se es capaz de leer en una unidad de tiempo determinada que, frecuentemente, viene expresada en minutos, es decir, el número de palabras leídas por minuto (p.p.m.). Esta velocidad es la que determina el nivel de fluidez o facilidad lectora
(...) La velocidad lectora es un indicador del rendimiento escolar muy habitual en el centro educativo. La velocidad con que se lee condiciona la duración de determinadas actividades de aprendizaje. Una baja velocidad lectora dificulta notoriamente el poder seguir una lectura oral colectiva en la clase, retarda la realización de ejercicios y actividades escritas y dificulta, también, otras actividades didácticas.
VALLÉS ARANDIGA, Antonio. Velocidad Lectora-1, Editorial Promolibro, Valencia 1999
El lector deficiente lee lentamente
"Naturalmente, la eficiencia en la lectura se relaciona en forma estrecha con el éxito escolar. El lector rápido y preciso posee un instrumento inapreciable para penetrar en el amplio mundo del conocimiento que yace tras la cubierta de los libros. El lector deficiente lee de manera tan lenta, que no puede procesar directamente el significado.
Debe, en consecuencia, depender en gran medida de lo que aprende por medio del escuchar; motivo por el cual tiende a fracasar en las materias que requieren de la lectura. Este fracaso es mayor a medida que el alumno pasa de curso y que , por ende, aumenta la necesidad de la lectura en el proceso de adquisición de conocimientos".
CONDEMARÍN, Mabel; ALLENDE, Felipe. La lectura: teoría, evaluación y desarrollo, pág. 7, Editorial Andres Bello, 1993, Chile.
La lectura tiene un fuerte componente biológico que hace poco se ha comprendido lo suficiente. La comprensión de textos no depende solo de la correcta decodificación y del conocimiento del vocabulario, sino también de la capacidad para retener todo un mensaje en la memoria de corto plazo (o memoria operativa) y procesarlo (Passolunghi y otros 1999). Como muchos educadores saben, el tope de la memoria operativa verbal solo puede retener hasta siete artículos por unos doce segundos (véase un examen en Reisberg 2001).
Si estos artículos son palabras, entonces en términos muy aproximados se pueden guardar en la memoria siete palabras y procesarlas durante doce segundos como máximo. Esto implica que, para ser funcionalmente alfabeta, la gente debe ser capaz de leer una oración de unas siete palabras en unos doce segundos. Esta frecuencia corresponde a una palabra cada 1-1,5 segundos, o a 60-75 palabras por minuto.29 Para superar este período limitado de doce segundos de la memoria operativa, el cerebro tiende a crear grandes bloques de letras y palabras, y luego procesarlas rápida y automáticamente. Los estudios de escaneo cerebral muestran que una ruta expresa de reconocimiento instantáneo de palabras (en la región occípito-temporal) se activa en el cerebro a medida que las personas adquieren fluidez de lectura (Shaywitz 2003: 76-87). Los comportamientos automáticos persisten, de modo tal que las personas que se hacen lectoras fluidas y automáticas no vuelven a caer en el analfabetismo.
Así, la lectura encierra una paradoja: los lectores lentos deben hacer un mayor esfuerzo para leer, así como concentrarse más y dedicar más tiempo. Si no leen una oración en doce segundos, su memoria operativa queda borrada, y para el final de la oración han olvidado el comienzo. Es fácil impacientarse y darse por vencido. Los niños que leen con vacilación son funcionalmente analfabetos: pueden entender algunas oraciones, pero no pueden leer ni comprender los volúmenes de texto necesarios para aprender el currículo.
BANCO MUNDIAL. Por una educación de calidad para el Perú: Estándares, rendición de cuentas y fortalecimiento de capacidades, 2006, pág. 102, 103
Accede al texto completo en:
http://siteresources.worldbank.org/INTPERUINSPANISH/Resources/Educacion_de_calidad_2007.pdf
La fluidez es un pre requisito para la comprensión
CONCLUSIONES:
"La habilidad más básica en el aprendizaje de la lectura es la identificación de palabras.
La fluidez en la identificación de palabras es un pre requisito básico para alcanzar una comprensión exitosa.
La identificación de palabras en los buenos lectores es automática y es un proceso modular que depende muy poco de la información contextual.
Los principiantes y los malos lectores son más dependientes del contexto que los buenos lectores"
GUZMÁN, Remedios. Métodos de Lectura y acceso al léxico, Tesis doctoral, Universidad de La Laguna, 1997, pág. 159
El efecto de la rapidez produce una mejor comprensión lectora
"Con la práctica irán perfeccionando el conocimiento de las reglas grafema-fonema e irán incrementando el número de palabras que puedan reconocer directamente. Y a medida que consiguen reconocer palabras con mayor rapidez, por el solo efecto de la rapidez ya se produce un incremento en la comprensión lectora. Esto se debe a que cuanto más rápida y automáticamente se reconocen las palabras, más espacio queda disponible en la memoria a corto plazo para la ejecución de los procesos superiores..."
CUETOS VEGA, Fernando. Psicología de la lectura, Editorial Escuela Española, Madrid 1999, pág. 98
Velocidad y comprensión
"...la lectura implica dos funciones simultáneas y complementarias: el descubrimiento de las relaciones fonema-grafema con relativa velocidad, y la captación del mensaje escrito por el autor."
LEBRERO, M.P. LEBRERO, MT. Cómo y cuándo enseñar a leer y escribir. Editorial Síntesis, Madrid, 4º reimpresión, pág. 203
Por qué leer rápido?
La respuesta a esta pregunta es simple: si leen rápido, comprenderán mejor. Tomemos una situación corriente, el ejemplo de un lector que se encuentra ante una frase de quince palabras o más. Si lee lentamente, corre el riesgo, al llegar al final de la frase de no recordar las primeras palabras: no podrá comprender el sentido. Así como el ciclista necesita ir a cierta velocidad para mantener el equilibrio, también el lector precisa lograr cierta velocidad para seguir sin dificultad el mensaje (250 palabras por minuto como mínimo). Además, contrariamente a una opinión difundida, los lectores rápidos tienen una mejor memorización de los textos leídos.
CHEVALLIER, Brigitte. Cómo leer tomando notas, Fondo de Cultura Económica. 2001-III reimpresión- Argentina, pág. 70
Abuso de la LECTURA ORAL
“El uso y el abuso de la oralización en las aulas suele conducir a esta situación extrema: El alumno interioriza paulatinamente que leer es pronunciar y entonar correctamente, se escucha su lecturay obvia la comprensión…
…La lectura en voz alta (oral) y la silenciosa (visualización) representan dos usos totalmente diferentes del escrito. Por su función: en una la comunicación, en otra la interpretación; por los elementos intervinientes: en una los órganos de fonación, en otra la vista; por el ritmo: una sigue el ritmo del habla, la otra el ritmo de la comprensión; por su naturaleza: una colectiva y pública, la otra individual e íntima; una se centra en el significante y otra en el significado”.
ANGEL SUÁREZ MUÑOZ. Las prácticas de lectura en la escuela. Habilidades y estrategias. Universidad de Extremadura
No es que esté en contra de la LECTURA ORAL
En cuanto a la “práctica de la lectura en voz alta”, ya va a hacer medio siglo que se la condenó por “mecánica”, en vez de comprensiva. Retrospectivamente, hasta se le encontraron connotaciones ideológicas: el énfasis puesto en la “expresión” y en la “valoración” de lo leído habría tenido algo que ver con un nacionalismo elitista.
De acuerdo con la ley de los opuestos, si un niño lee expresivamente y el maestro puede ponderar la elocución, ello significa que el niño lee mecánicamente y sin comprender nada.
La lectura en voz alta para ‘practicar’ o para mostrar al maestro cómo leo” es un ejemplo “alejado del uso social.” La lectura debe hacerse “para” algo. Por lo tanto, en la escuela sólo “está justificada la lectura en voz alta cuando el auditorio no puede acceder a un texto.
FEDERICO DORESTE “Metodología para la lectura y escritura” Editorial Lozada 1968
El cerebro, para captar el significado de la información que recibe a través de los ojos y oídos, necesita recibir un conjunto de datos simultáneamente. Por eso es necesario retirarse un poco del óleo para entender de qué se trata. De igual manera, para convertir sonidos en palabras y frases, el cerebro necesita recibirlos en conjunto, como un paquete. La memoria olvida rápidamente lo que entró hace unos segundos; se calcula un máximo de retención de siete ítems cada 12 segundos-.
Para convertir los sonidos aislados en frases que tienen sentido, y que gracias a ese sentido podrán ser recordados, es necesario que el flujo de información alcance un mínimo de velocidad.
De allí la importancia crítica de la velocidad y fluidez en la lectura. El ejemplo del maestro hablando a paso de tortuga se repite en el niño que no ha aprendido a leer a una velocidad mínima. Eventualmente reproduce cada sonido, pero no llega a comprender el sentido de esos sonidos. La velocidad lectora es esencial para la comprensión. Y cuando se logra, tiene el efecto de pasar un umbral, como cuando un avión logra la velocidad mínima para despegar: se entra a un nuevo mundo. Para el niño, leer significa multiplicar sus profesores; además de su maestro de clase, cada texto que lee es un profesor más. Y así se aprovecha al máximo la edad más ávida de información, la de los primeros años de primaria.
Autor Richard Webb
Lee el artículo completo en:
http://www.institutodelperu.org.pe/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=202
El origen de la Lectura Veloz
La lectura rápida se originó a comienzos de este siglo, cuando la explosión de las publicaciones abrumó a los lectores con más de lo que podían manejar considerando los niveles normales de lectura. La mayoría de los primeros cursos se basaron en una información emanada de una fuente muy particular: la Real Fuerza Aérea.
Durante la Primera Guerra Mundial, sus estrategas descubrieron que a muchos pilotos les era imposible distinguir los aviones vistos desde cierta distancia durante el vuelo. En el combate aéreo, en situación de vida o muerte, se trataba de una seria desventaja a la que había que encontrar pronto remedio. A tal fin se inventó una máquina, el taquistoscopio, que proyectaba imágenes sobre una pantalla de grandes dimensiones durante cortos tiempos variables; se comenzaba mostrando imágenes bastante grandes de aviones propios y enemigos a muy lenta exposición, y luego, acortaban el tiempo cíe exposición gradualmente a medida que disminuía el tamaño de la imagen y cambiaba el ángulo.
Para su sorpresa, descubrieron que, con el entrenamiento adecuado, una persona normal podía distinguir representaciones de los diferentes aviones del tamaño de pequeños puntos cuando las imágenes habían sido proyectadas en la pantalla sólo cinco centésimas de segundo. Si los ojos podían ver a esta velocidad, era obvio que la velocidad de lectura podía mejorarse de manera espectacular. Siguiendo este razonamiento, los investigadores decidieron transferir a la lectura la información obtenida. Utilizando exactamente el mismo dispositivo, proyectaron primero una palabra en grandes caracteres durante cinco segundos, redujeron poco a poco el tamaño de los caracteres y acortaron la duración de cada proyección. Por último proyectaron cuatro palabras a la vez durante cinco centésimas de segundo: los individuos todavía podían leerlas.
Como consecuencia de estos hallazgos, la mayoría de los cursos de lectura rápida se han basado en este entrenamiento de proyección de imágenes o «taquistoscópico» (también conocido como «entrenamiento en pantalla fija»).
La velocidad pasa de 200 a 400 ppm por término medio. De entrada, resulta magnífico: ¡se duplica la velocidad de lectura!
FUENTE:
http://www.scribd.com/doc/2440789/Buzan-Tony-El-libro-de-la-lectura-rapida
La lectura rápida no es una lectura descuidada ni atropellada. Se confunde la rapidez con el apresuramiento. En realidad, el lector veloz es un lector activo, alerta y eficiente. Busca siempre las ideas importantes y los elementos de estructura y organización que le ayudarán a comprender mejor el significado de lo que esta leyendo. Por constante, el lector lento suele vagar en sus pensamientos, esto se debe al hecho de leer por debajo de su capacidad para estar alerta e interesado por la lectura.
Generalmente se piensa que cuando se lee con rapidez no se dispone de tiempo para buscar el significado de las palabras desconocidas ni para leer pasajes difíciles, pero no es así.
El lector veloz puede detenerse tan frecuentemente como el lector lento. El lector veloz terminará la lectura primero y recordará más que el lector lento y además podrá releer el texto con mayor facilidad.
Aprender a leer con rapidez no es solo una necesidad impuesta por la premura de los tiempos en que vivimos, sino paso obligado para ser un buen lector, un lector eficiente.
Dr. Armando Arturo Casillas Castañeda (México)
fuente http://www.scribd.com/doc/45555/TECNICAS-DE-LECTURA-Y-REDACCION-DE-TEXTOS
Lectura Perú
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