¿SE PUEDE LEER Y ESCUCHAR MÚSICA AL MISMO TIEMPO?
Es casi frecuente que en alguna charla sobre el tema de la lectura, alguien me pregunte si se puede leer con música, o mejor dicho, si se puede leer y al mismo tiempo oír un tema musical. Nuestro cerebro reacciona de diferentes formas y se podría presentar en algunos casos la posibilidad de que la lectura sea comprensiva y en otros, (en la mayoría), no.
Imaginemos a un joven que debe leer unas veinte páginas y hacer un análisis sobre el tema (para el día siguiente), pero en el departamento del costado hay una fiesta y la música llega con toda claridad y estridencia a su ambiente de estudio; entonces, la lectura va a depender más de su motivación que del ruido musical en sí, pero definitivamente va a ser un distractor permanente y, por lo tanto, el proceso lector va a tener mucha interferencia y no va a resultar nada agradable. Algunas personas ante esta situación usan tapones de silicona en las orejas o se las arreglan humedeciendo el papel higiénico y se lo colocan como los tapones anteriores. Si bien el ruido no va a desaparecer en su totalidad al menos se reduce y se puede leer mejor que en la condición ruidosa.
Leer es un proceso complejo que requiere de mucha concentración y escuchar una melodía es otro proceso mental que también requiere concentración, entonces NO podemos hacer dos cosas al mismo tiempo porque genera interferencias en ambas y quizá más en la lectura pues la desconcentración nos saca del foco de la comprensión. Además es claro que cuando leemos nuestros ojos perciben las imágenes de las palabras (como si fuese una fotografía digital) y esas imagen son llevadas a través del nervio óptico a la zona occipital del cerebro en donde millones de neuronas seleccionan, analizan, diferencian y procesan dichas imágenes para asociarlas con sus respectivos significados y acceder a la comprensión del texto. En el caso de la escucha musical ocurre algo parecido solo que la información auditiva es procesada por millones de neuronas en la zona temporal del cerebro, en consecuencia, leer y escuchar son dos actividades diferentes y si realizamos una descuidamos la otra y, generalmente, la lectura es la más afectada porque se cancelan los procesos de comprensión para dar atención y funcionamiento a la interpretación auditiva.
Hay casos en que se utiliza una música de fondo que generalmente es instrumental (new age, clásica) y sirve más bien como limpiador de sonidos desagradables, pues disimula estos ruidos y los distractores como el de las bocinas de los carros, los gritos, las conversaciones, etc., es como encender un incienso para disimular los malos olores del ambiente si fuera el caso. Este tipo de música tiene un carácter ambiental sin cambios radicales de ritmo y se prescinde de los instrumentos de percusión como la batería, tambores (salvo el piano) y, además, se escucha en un volumen bajo.
Otra situación es la de los estudiantes mientras leen colocan sus temas musicales favoritos y estos generalmente son cantados y en diferentes ritmos (para nada suaves). Ellos quieren leer, pero también quieren escuchar sus canciones favoritas, entonces en vez de "leer mientras escuchan música" lo que hacen es "escuchar la música mientras leen", por lo que la lectura pasa a convertirse en una actividad secundaria totalmente improductiva en la construcción de significados, o sea, cero en comprensión. La música que escuchan los estudiantes están asociadas con una serie de emociones desde las más gratificantes hasta las más dolorosas por lo que el componente afectivo es el que lo aleja del tema lector y lo lleva al tema musical que genera una serie de recuerdos y estados anímicos en el ya no lector, sino más bien, en el melómano que quiso ser lector.
Los buenos lectores son capaces de monitorear su proceso lector durante la lectura (también antes y después), es decir, son conscientes de que están leyendo y más todavía de su comprensión. Si no comprenden el texto, inmediatamente buscan la causa y la solucionan y vuelven a iniciar la lectura. Por ejemplo, podría ser que no comprenden porque tienen al frente un plato lleno de bocaditos como pop corn, papitas, hojuelas de maíz o porque no han dormido sus horas necesarias y se muestran cansados, o porque la MÚSICA los distrae. El buen lector no sigue leyendo sino ha encontrado el supuesto distractor y busca una solución inmediata pues de lo contrario, todo intento lector sería inútil.
Una señora me decía que su sobrino leía con música romántica de fondo y que ello no le había afectado para nada su comprensión, incluso me manifestó que él ya era economista y estaba buscando trabajo; en conclusión señalaba que escuchar música era compatible con la lectura y como entenderán yo estaba encantado con esta declaración porque tumbaba una serie de hipótesis que tenía. Quise averiguar un poco más sobre este caso y le formulé una pregunta a esta honorable señora. Le pregunté si su sobrino tenía alguna producción textual o investigación científica en el tema económico ya sea un libro, folleto, artículo, conferencia o lo que sea, y también si era una personalidad intelectual en alguna materia económica y finalmente si escribía en algún diario, revista o en un simple blog. La respuesta fue: "Creo que no", y para mí fue una tristeza porque me había emocionado al creer que sí se podía leer mientras uno escucha sus temas favoritos.
LECTURA PERÚ
Lectura Perú
Contáctanos a través de WhatsApp